miércoles, 2 de marzo de 2011

Novela Helena.

Sus ojos

narra Alejandro

 Era una mañana de reencuentros y sollozos, empezaba otro curso en el CEIP Fernando de Rojas de Fuente del Río. Para mí era una mañana triste pues repetía año y mis padres me obligaron a cambiarme de colegio, porque yo estudiaba  en Coruxo cerca de Fuente del Río. Algunos de los niños ya los conocía de jugar con ellos en la playa pero a otros no. Yo vivía de toda la vida en Fuente del Río pero como mí hermano tenía cinco años más que yo y el iba a estudiar a Coruxo mis padres me obligaron a ir con él. Coruxo era bastante más grande que Fuente del Río, en Coruxo había 6 colegios y dos centros comerciales, tiendas, cines, boleras....todo excepto playa. Fuente del Río era un pueblo pequeñito pero con encanto tenía una playa bastante grande en la que en frente se divisaba la inmensidad del Océano Atlántico y estaban una gran islita llamana Isla Natura , que era patrimonio de la humanidad, y yo estaba loquito por esa isla pues me encantaba ir a bucear con mi padre en las islas. Y luego había un pequeño puerto.
Pero bueno a lo que íbamos era el primer día de clase y yo estaba enfadado :
1. Porque quería más verano.
2. Porque me cambiaba de colegio.
3. Porque repetía curso.
4. Porque las únicas personas que conocía en mi pueblo eras de mi edad y iba a ir a clases con chicos un años más pequeños que yo.

Cuándo llegué a clase reconocí a Marcos que vivía a mi lado y resulta que también iba a repetir curso y me senté a su lado. Llegó la profesora y empezó a pasar lista solo faltaba una persona Helena Ballesteros Gómez, una tal Laura Nieto dijo que hoy no venía porque seguía en sus vacaciones pero que el lunes estaba aquí. Marcos me comentó que Laura era la mejor amiga de Helena y que Helena era una pijita pero que era algo guapita. La profesora nos cambió de sitio y a mí me sentó con Laura Nieto y a Marcos con la ausente Helena.
El lunes al llegar a clase me presenté a un chico que parecía un buen tío se llamaba Miguesl y luego me senté. En ese momento ni pensaba que iba a ver por primera vez a la criatura que daba la razón de mi ser:
Helena. Entró caminando muy despacio y sonriendo como un ángel, su pelo rubio claro hacía perfectas ondulaciones que terminaban a la mitad de la espalda eras los que bailaban con el viento mientras ella caminaba pero en un momento fijo giró su cabeza y posó sus ojos azules en los míos y fue en ese instante cuando sentí que me perdía y me sonrió. Se sentó en el pupitre de Marcos con su amiga Laura, yo seguía flipado con ella hasta recuerdo como venía vestida. La profesora llegó y comenzó a explicar matemáticas , yo solo pensaba en Helena y en sus ojos, oh sus ojos! eran como si el océano atlántico se encogiera sus aguas más brillantes en gotas y se las donara a Helena, aquellos ojos que me harían perder la cabeza tanto tiempo, esos que expresaban alegría y puereza. Sus ojos, que digo, mis ojos.

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